Las protestas en el condado de San Diego continúan en respuesta a las órdenes de deportación masiva implementadas por la administración de Donald Trump. Decenas de personas se reunieron en distintos puntos de la región para alzar la voz en defensa de la comunidad inmigrante, una de las más vulnerables ante estas medidas.
Banderas de México ondeaban en el aire y los cánticos de protesta resonaban con fuerza en lugares emblemáticos como el Parque Chicano y San Ysidro. Estas comunidades se unieron el lunes en una manifestación pro-migrante, exigiendo un alto a las deportaciones y mostrando su respaldo a quienes temen hablar por miedo a represalias.
“Estamos aquí apoyando a nuestros hermanos y hermanas hispanas. Mucha gente que no puede estar acá por temor, pero estamos aquí para ser su voz”, expresó Verónica de Santiago, residente de San Diego.
La manifestación coincidió con el movimiento “Un Día Sin Inmigrantes”, una iniciativa que busca demostrar el impacto de la comunidad inmigrante en la economía y sociedad estadounidense. Como parte de esta protesta, miles de personas decidieron no asistir al trabajo, no hacer compras y no enviar a sus hijos a la escuela.
Michelle Salgado, una joven estudiante, optó por faltar a clases para sumarse a la protesta y abogar por sus padres inmigrantes. “Me da ansiedad que todo esto esté pasando. Mis padres trabajan todo el tiempo y no pueden estar aquí, así que vengo a hacer lo que ellos no pueden”, declaró.
Ante la ausencia de estudiantes debido a la manifestación, el Distrito Escolar Unificado de San Diego emitió un comunicado asegurando que sus escuelas son espacios seguros para los estudiantes, independientemente de su estatus migratorio, y que el personal no permitirá el acceso a ICE sin una orden judicial.
Eloína Carrillo, otra residente de San Diego, destacó que los inmigrantes llegan a EE.UU. en busca de oportunidades. “La gente no cruza ilegalmente porque quiera quebrantar la ley, lo hacen porque buscan una mejor vida para ellos y sus hijos”, afirmó.
Con el lema “No muerdas la mano que te da de comer”, los manifestantes enfatizaron la contribución de los inmigrantes a la economía estadounidense. Monique, otra manifestante, recordó que “los latinos somos quienes trabajamos en las cocinas, quienes limpiamos los baños, quienes hacemos los trabajos que muchos no quieren hacer”.
Estas protestas son una respuesta directa a las recientes medidas de deportación masiva anunciadas por el gobierno de Trump. Con pancartas, consignas y la convicción de seguir alzando la voz, los manifestantes dejaron claro que no se detendrán hasta lograr un cambio en las políticas migratorias.
Mientras la incertidumbre y el temor siguen creciendo en la comunidad inmigrante, el mensaje de estas protestas es claro: la lucha por los derechos y la dignidad de los inmigrantes continúa.