El Departamento de Policía de San Diego enfrenta una batalla legal tras recibir una demanda presentada por Allyson Ford, una exdetective de la policía de San Diego, que acusa a la institución de represalias, discriminación de género y despido injustificado. Ford, quien sirvió 17 años como oficial, afirma que su voz fue silenciada después de denunciar a su exesposo, un sargento del mismo departamento, por violencia doméstica.
Ford comenzó su sueño de proteger a la comunidad desde los 16 años como voluntaria del Departamento de Policía de San Diego. Sin embargo, lo que comenzó como una vocación se tornó en una pesadilla. En su demanda, Ford detalla haber enfrentado amenazas, chantajes, violaciones a órdenes de restricción y condiciones laborales insoportables y hostiles que la obligaron a renunciar.
“Cuando comenzaron las represalias con el Departamento de Policía de San Diego, para mí fue un shock”, declaró Ford durante una conferencia de prensa.
La demanda de 170 páginas menciona que el incidente que motivó a Ford a denunciar a su entonces esposo, ocurrió en abril de 2020, en su residencia en Escondido. Según su relato, fue empujada contra una pared y golpeada en el rostro. Aunque su exesposo fue arrestado, Ford asegura que oficiales de San Diego intervinieron para garantizar su liberación.
“Sabemos que las pruebas demostrarán que, en lugar de investigar las denuncias, el departamento protegió al agresor y desestimó las quejas de Allyson”, explicó su abogado, John Gómez.
Allyson Ford fue reconocida como “Oficial del Año” por el Departamento de Policía de San Diego y recibió numerosos premios durante su carrera. No obstante, afirma que cuando más necesitaba apoyo, el departamento le dio la espalda. “Yo sé que lo que hice fue lo correcto, y lo que él hizo no lo es”, expresó Ford, refiriéndose a las acciones de su exesposo y la presunta complicidad de otros oficiales.
Al ser contactado, el Departamento de Policía de San Diego afirmó, a través de un comunicado, que no comentan sobre litigios pendientes o en proceso.
El caso continúa en la Corte Superior de San Diego, donde Ford busca justicia por lo que considera una violación a sus derechos como mujer y como oficial comprometida con la ley.
