La tasa de natalidad en los Estados Unidos alcanzó niveles históricos bajos en 2023, y de continuar esta tendencia, el país podría enfrentar una crisis económica en las próximas décadas. Entre los factores principales, En las últimas décadas, la sociedad estadounidense ha experimentado un cambio notable en sus dinámicas familiares. Cada vez son menos las parejas que deciden tener hijos, y como consecuencia, la tasa de natalidad en el país alcanzó niveles históricos bajos en 2023. Si esta tendencia continúa, Estados Unidos podría enfrentar serios retos económicos y sociales en el futuro cercano, incluyendo un aumento en la población de adultos mayores, una reducción de la fuerza laboral y menos ingresos tributarios que sostengan programas clave como el sistema de pensiones.
Pero, ¿qué está motivando a las nuevas generaciones a evitar la paternidad? ¿Cuáles son las implicaciones de esta decisión a nivel social y económico?
La familia de hoy: cambios en las prioridades
Nicolás y Brittany son una pareja joven que se casó hace un año y medio. Su vida gira en torno a Lucky, su perrita, quien incluso fue “testigo” de su unión matrimonial. Para ellos, Lucky es más que una mascota; la consideran parte fundamental de su familia.
“Sentimos que Lucky es nuestra hija. Es la mejor perrita que hemos tenido. Brittany la encontró cuando tenía 19 años y nos ha traído muchísima alegría”, explica Nicolás.
Aunque disfrutan de su vida en pareja, aseguran que no planean tener hijos por ahora. “Queremos disfrutar nuestra vida como pareja, viajar y cumplir nuestras metas profesionales. Además, el costo de vida es un factor importante”, añade.
Esta perspectiva no es exclusiva de ellos. Cada vez más parejas en Estados Unidos y alrededor del mundo están replanteando la idea de tener hijos, priorizando otras metas personales y profesionales.
Tendencias alarmantes en la natalidad
Desde 2007, un año antes de la gran recesión, la tasa de natalidad en Estados Unidos ha caído un 17%. En 2022 nacieron 3.6 millones de bebés, es decir, 68,000 menos que el año anterior. Este nivel representa un mínimo histórico, según reportes de salud pública.
Víctor Clark, antropólogo y profesor en la Universidad Estatal de San Diego, explica que esta disminución está relacionada con “cambios en las prioridades personales de educación y desarrollo profesional de muchos jóvenes, quienes postergan la maternidad y la paternidad”.
Para las mujeres, este retraso tiene implicaciones adicionales. El reloj biológico y el tiempo necesario para encontrar una pareja adecuada que comparta su deseo de formar una familia se convierten en factores decisivos.
Además, el factor económico es un peso determinante. Proveer lo necesario para un hijo en Estados Unidos cuesta, en promedio, 22,000 dólares al año, según un estudio de Lending Tree. Esto no incluye gastos relacionados con educación superior, que pueden elevarse drásticamente en el futuro.
El impacto económico de menos nacimientos
La disminución de la natalidad no solo afecta a las familias, sino que tiene repercusiones en la economía del país. Menos nacimientos hoy significan menos jóvenes en el futuro, lo que podría derivar en:
- Falta de mano de obra: Un mercado laboral con menos trabajadores jóvenes para cubrir la demanda.
- Presión sobre el sistema de pensiones: Una población envejecida dependerá de recursos que podrían ser insuficientes si no hay suficientes contribuyentes activos.
Elon Musk, empresario y fundador de Tesla, ha manifestado su preocupación al respecto. En un mensaje en X (anteriormente Twitter), señaló: “El colapso de la población debido a la baja tasa de natalidad es un riesgo mucho mayor para la civilización que el calentamiento global”.
El Papa Francisco, por su parte, se pronunció en una conferencia en Italia el pasado julio, afirmando: “El problema de nuestro mundo no está en los niños que nacen, sino en el egoísmo, el consumismo y el individualismo”.
¿Migración como solución?
Ante la falta de nacimientos, algunos expertos ven en la migración una posible solución. Víctor Clark destaca que “la llegada de migrantes jóvenes al mercado laboral llena el vacío dejado por una población que está envejeciendo rápidamente y, además, ayuda a la diversidad cultural”.
Sin embargo, esta opción enfrenta desafíos debido al endurecimiento de las políticas migratorias y las propuestas de deportaciones masivas. Si bien la migración podría ayudar a equilibrar las cifras, no es una solución inmediata ni sencilla.
El auge de las mascotas en los hogares
Mientras el número de niños en los hogares estadounidenses disminuye, las mascotas están ocupando un lugar central. Desde los años 90, el número de hogares con mascotas ha aumentado un 56%.
Para Brittany, cuidar a Lucky es una responsabilidad tan grande como la de criar a un hijo. “Es mi bebé, mi vida. Cada día tengo que pensar en ella: a qué hora levantarme, a qué hora necesita caminar, cuándo necesita su medicina, su comida, todo”, comenta.
Adopción como alternativa
En cuanto a si es egoísta o no decidir no tener hijos, Nicolás y Brittany aseguran que no lo ven de esa manera. Más bien, consideran que ya hay muchos niños en el mundo que necesitan un hogar y sugieren que más personas deberían considerar la adopción como una alternativa.
“Adoptar a un niño no solo cambia su vida, sino que también es una forma de contribuir positivamente a la sociedad”, concluyen.
Un futuro incierto
La disminución de la natalidad plantea un debate crucial sobre las decisiones individuales frente a los desafíos sociales y económicos. Mientras las parejas optan por postergar o evitar la paternidad, la sociedad se enfrenta a la necesidad de buscar alternativas que garanticen la estabilidad económica y el bienestar de las futuras generaciones.
Ya sea a través de la adopción, la migración o nuevos enfoques sociales, el futuro de Estados Unidos dependerá de cómo lidere esta transformación demográfica sin precedentes.